Cosmogonía Quechua Aymara

Astronomía de algunas poblaciones Quechua-Aymara del Loa superior, Norte de Chile.
Por Edmundo Magaña

Este documento está enmarcado en un estudio de carácter etnográfico-religioso y desde la introducción señala las dificultades y pérdida de información en lo que respecta a relaciones cosmológicas de las culturas altiplánicas.  Si bien existen muchas relaciones investigadas entre eventos geográficos y ciertas relaciones entre tierra y cielo, para muchos estudios ha sido de gran dificultad encontrar certezas en cuanto a los saberes astronómicos, lo que no significa, en ningún caso, que no hubiese estado presente este conocimiento en dichas culturas.

Los saberes claros de Quechuas y Aymaras tienen que ver con un elaborado conocimiento de los solsticios y equinoccios, el calendario agrícola y de pastoreo, el año solar con sus estaciones que son señaladas la mayoría de las veces por una relación entre montañas, volcanes y sus sombras de las zonas vinculadas a salidas de sol a lo largo del año. De este modo existe una relación de objetos fijos (geografía) y objetos móviles (objetos astronómicos). La Vía Láctea o Río del cielo, tiene distintos momentos en el año, por ejemplo es pequeño, cuando es verano, ya que las noches son cortas y su inverso es en invierno.

La Luna y el Sol se contraponen en términos de género, hombre divinidad solar y luna mujer. Las estrellas y algunos cerros que ayudaban a leer el cielo, eran considerados hijos de esta pareja. 

Los pueblos altiplánicos miraban con detención el cielo y con ello construyeron distintas constelaciones. La particularidad es que no era la asociación de estrellas lo que construía una imagen de algún ser terrestre o imaginario, si no los vacíos entre estrellas. Es así como son las oscuridades en el cielo o las llamadas constelaciones de sombras las que rigen actividades durante el año. Algunas de ellas son: el quirquincho, las cabrillas, la llama, el guanaco o La Cuadrilla de hombres, que son las Pléyades. Todas estas representaciones corresponden a animales de la zona reflejadas en el cielo.

La arquitectura, que es muy poca la que se conserva, demuestra que la mayorías de los poblados y caseríos orientan sus puertas al este, mirando la salida del Sol. La vista oeste es más bien relacionada al culto mortuorio. En la Aldea de Tulor, es posible encontrar un observatorio dentro del poblado. Éste se encuentra en relación a la arquitectura general que se orienta al este. El observatorio es un espacio amurallado de base rectangular que ayudaba a mirar el cielo en relación a algunas montañas.

En este artículo también es posible encontrar las relaciones que a través de los años -y post invasión hispánica-, se han desarrollado entre los eventos astronómicos reconocidos por Quechuas y Aymaras con el calendario católico, como forma de sincretismo cultural y religioso.

Este documento pertenece al Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 11, N° 2, 2006 pp. 51-66, Santiago de Chile ISSN 0716-1530

https://boletinmuseoprecolombino.cl/wp/wp-content/uploads/2015/12/boletin-vol11-2-04.pdf

publicado el Marzo 8, 2021

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